La polinización se da por tres medios: el viento, el agua y los animales, gracias principalmente a insectos, como las abejas. Los insectos son los principales polinizadores y su trabajo influye directamente en la generación de frutos y semillas de una cosecha; una tercera parte de la producción agrícola depende de esto.
Los polinizadores más comunes son insectos como abejas, abejorros, avispas, hormigas, mariposas y escarabajos, pero también hay vertebrados como los murciélagos, algunas especies de ratones, colibríes y algunos reptiles. La polinización melitófila realizada por abejas y abejorros implica la fecundación de dos terceras partes de las plantas floradas del planeta.
Se ha comprobado que un cultivo que cuente con una comunidad suficiente de polinizadores compuesta por diversas especies recibe mejores servicios y, por lo tanto, mejores rendimientos en la producción, de ahí la importancia de realizar prácticas que permitan mantener la biodiversidad de las especies que habitan en la zona.
Esto significa evitar el uso de plaguicidas que acaban con poblaciones enteras de insectos polinizadores, además de adecuar áreas circundantes o intermedias al cultivo con vegetación que les proporcione recursos para anidar y alimentación alterna, para así atraerlos y de esta manera conservar y promover los servicios ecosistémicos de polinización.
Una de las especies que más arduamente realizan la polinización son las abejas. La FAO estima que 71 de las 100 especies de cultivo que aportan el 90% de la alimentación mundial son polinizadas por ellas. Es por ello que el descenso en su población y actividad es verdaderamente alarmante.
La importancia de los polinizadores queda de manifiesto. La producción de muchos cultivos dependen de ellos y el volumen de producción también está en función de su presencia en las zonas cultivadas. Sin ellos, las cosechas, entre las que se encuentra la del aguacate, podrían verse reducidas casi a la mitad.
El impacto de una reducción importante en la población de polinizadores sería inmenso para la humanidad, que vería reducidas sus fuentes de alimentación y llevaría a un colapso mundial. Por lo anterior, es necesario adoptar prácticas agrícolas sustentables y evitar el uso de insecticidas químicos que además comprometen la calidad e inocuidad del producto.
En Frhomimex nos preocupa la conservación de las especies y de su hábitat, por lo que nuestros productos son cultivados bajo el esquema de producción orgánica, para lo que contamos con certificaciones que aseguran el nivel de calidad de nuestros frutos y ofrecemos asesoría para que otros productores adopten este sistema.
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